ESTACIÓN CINCUENTA Y UNO - ENCUENTRO CON UNA COMUNIDAD CRISTIANA DE BASE

ESTACIÓN CINCUENTA Y UNO

ENCUENTRO CON UNA COMUNIDAD CRISTIANA DE BASE

 

Aquella experiencia me dejó tan turbado, trastornado y alucinado, que cerré los ojos intentando recordar cada detalle, temiendo olvidarlo como ocurre con los sueños.

Dándose cuenta el Maestro de mi estado, cruzó su brazo sobre mis hombros y me dijo:

Deja atrás lo que sea que te inquiete. Trata de que no decaiga tu ánimo, y ten en cuenta que estamos dejando atrás el ante-purgatorio y que pronto llegaremos a las explanadas del Purgatorio mismo.

Prepárate para continuar el viaje, pues he recibido instrucciones de apurar el paso porque la crisis allá en tu mundo se está acelerando, con acentuados sufrimientos para muchos, mientras la creación de la nueva civilización retrasa demasiado y es urgente expandirla”.

Ante tal observación me alcé de un brinco y fue tanto mi apremio que me puse en marcha cuesta arriba, por primera vez adelantándome al Maestro, que como no cargaba con su cuerpo no tuvo dificultad en alcanzarme.

Pronto llegamos frente a un muro antiguo, como de mármol, en cuyo frente bajo la cornisa o chapitel y por sobre un fuerte portón de fierro fundido, estaba esculpida en letras doradas esta leyenda: LEGITIMA, ARDE NOCHE I DÍA.

Dante y yo tratamos vanamente de descifrar su significado, hasta que finalmente el Maestro me aseguró que estábamos en la puerta del Purgatorio y que debíamos ingresar, escalando tres altos peldaños.

Sentado en el escalón más alto, con una espada en la mano que relucía tan fuertemente que encandilaba mi vista, y con una presencia tan imponente que uno no podía dejar de mirarlo, se encontraba un portero que permanecía inmóvil y en silencio, hasta que nos advirtió:

 

Angel con espada

 

¡Quédense donde están y no se acerquen más! ¿Quiénes son ustedes y qué buscan aquí? ¡Cuidado con mentirme!”

Yo miré a mi Maestro esperando que respondiera; pero esta vez me indicó que debía hacerlo yo. Me di ánimo interiormente, me adelanté un paso y expliqué:

Fui traído a este mundo de ultratumba antes de haber fallecido. Sucede que la civilización humana en la Tierra se está cayendo a pedazos, y es urgentísimo transitar hacia una nueva y superior civilización para evitar la catástrofe.

Ello requiere difundir en el mundo conocimientos, experiencias e iniciativas que suponen aprendizajes de muchas cosas, y abundante meditación.

Entre tales aprendizajes están los que nos puedan ofrecer los hombres y mujeres de sabiduría, ciencia, pensamiento, experiencia e iniciativa, que ya no se encuentran en la Tierra.

Muchos de los cuales seguramente están en el territorio protegido por usted. Me han conducido aquí con la intención de aprender directamente de ellos, para después comunicar y enseñar en la Tierra. Es lo que puedo informarle.

El hombre de la espada me escuchó atentamente, y enseguida vimos que la puerta cedió ante un gesto de su brazo.

Después de que cruzamos el umbral, sentimos el chirrear de los goznes de la puerta al cerrarse a nuestra espalda. Sin mirar hacia atrás, comenzamos el ascenso a través de un espacio pedregoso que mostraba una sinuosidad como de olas que se acercan y se alejan, semejantes a las que se observan en la playa.

Debido a las dificultades del terreno avanzamos lentamente, y cuando llegamos finalmente a la explanada, que era ya la sexta, yo me encontraba agotado.

Nos detuvimos en un espacio plano semejante a un atrio de iglesia, como una plaza rodeada de columnas y de estatuas, que daba a un edificio en cuya cúspide destacaba una cruz.

La puerta estaba abierta, y aunque el recinto se encontraba vacío y en penumbra, decidimos entrar y sentarnos a descansar en la última de muchas bancas que ahí estaban.

No pasó media hora que comenzaron a entrar en pequeños grupos, numerosas almas que fueron llenando el templo. En cierto momento se tomaron de las manos unos con otros, como hermanos de una comunidad, y oraron con voz decidida:

 

Peregrinación 44.jpg

 

Padre nuestro que estás en los Cielos y que nos haces hermanos en la Tierra.

Santificado sea tu nombre, por el Universo, por la Naturaleza y por la Humanidad.

Venga a nosotros tu Reino de justicia, de libertad, de paz y de amor.

Hágase tu voluntad a través de nosotros, para que creemos una comunidad de comunidades constituidas por personas libres y solidarias.

El pan nuestro de cada día dánoslo hoy; anímanos para producirlo con nuestro trabajo y a compartirlo como hermanos.

Perdona nuestras deudas y ofensas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores y a quienes nos ofenden.

No nos dejes caer en la tentación de acumular riquezas, poder y vanagloria, ni en la de explotar, dominar y engañar a nuestros hermanos.

Y líbranos del mal. Amén.

Terminada la oración, uno que vestía hábitos de cura encendió un cirio y con él fue traspasando el fuego a las velas que portaban todos los asistentes.

 

Cirios en Pascua

 

Así iluminados sus rostros, pude distinguir a muchos que conocí y que fueron en algún momento mis maestros.

Ahí estaban Enrique Alvear, Esteban Gumucio, José Comblín, Mary Judith Ress, Mariano Puga, Jorge Hourton, Raúl Rosales, Hélder Camara, Juan Carlos Scannone, Franz Hinkelammert.

Y también distinguí a varios hombres y mujeres que no conocí personalmente sino por sus obras, entre los cuales Gustavo Gutiérrez, María Clara Bingemer, Leonardo Boff, Enrique Dussel, Elsa Tamez, Gabriela Juárez, Pedro Casaldáliga.

Alrededor de ellos fueron apareciendo las sombras de multitudes de jóvenes que por sus semblantes y sus formas de vestir eran oriundos de casi todos los países latinoamericanos y del Caribe.

Al verme emocionado, Dante me preguntó al oído para no disturbar el ambiente religioso que allí reinaba: “¿Quiénes son éstos? Pues me doy cuenta de que los conoces.”

Todos ellos – le respondí quedamente – son integrantes de la llamada Teología de la Liberación, un movimiento teológico muy importante que se desarrolla a partir de los años setentas en Latinoamérica.

Será interesante conversar con ellos cuando termine la celebración” – me dijo, lo cual yo esperaba, pero me alegró la confirmación del Maestro.


 

Luis Razeto

SI QUIERES LA OBRA COMPLETA IMPRESA EN PAPEL O EN DIGITAL LA ENCUENTRAS EN EL SIGUIENTE ENLACE:

https://www.amazon.com/-/es/gp/product/B08FL8Q64W/ref=dbs_a_def_rwt_hsch_vapi_tkin_p1_i8