23. INFILTRADOS Y MASCOTAS VEGETARIANAS

23. Infiltrados. Y Mascotas Vegetarianas.

 

Viejo cascarrabias como era, Tomás Ignacio salió de la oficina de Juan Solojuán y fue directamente a comunicar a Benito Rosasco que estaba despedido, que se le pagaría el sueldo entero del mes que se completaba en dos semanas, y que no lo recomendaría como socio de la cooperativa. Cogió el computador donde Benito trabajaba y lo puso en manos de su secretaria Josefina encargándole que lo guardara para quien fuera el nuevo abogado asistente que se contrataría en reemplazo del recién despedido.

Benito protestó, pero no logró que el director del departamento jurídico de CONFIAR cambiara su decisión. Al ver que no lograba nada rogó a Tomás Ignacio que le autorizara rescatar alguna información personal que había registrado en el equipo requisado. A lo cual Tomás Ignacio le respondió que estaba bien, que volviera a la oficina el lunes de la semana siguiente y que ahí se le autorizaría a rescatar la información personal que quisiera.

—Pero ¿por qué no puede ser ahora mismo, señor? —había insistido.

—¡Porque no! Porque has perdido mi confianza. Puedes volver el lunes y podrás recuperar esa información personal que, como debieras saber, tampoco es correcto que hayas instalado en el equipo de la empresa.

Una hora después el joven Benito Rosasco cruzaba las puertas de la CIICI donde sería recibido por el coronel Ascanio Ahumada.

A la misma hora Tomás Ignacio ponía en manos del técnico informático de su departamento el equipo computacional en que había trabajado el joven recién despedido. La instrucción que le dió fue rescatar toda la información correspondiente a los casos en que había trabajado el abogado, borrarla en ese equipo, y dejar solamente aquella información de Benito Rosasco que pudiera tener un carácter personal, pues vendría a recuperarla el lunes en la mañana.

Tres horas después el técnico informático se presentó en la oficina de Tomás Ignacio. Le entregó una Memoria en la que había copiado toda la información del computador, y le dijo:

—Aquí está todo lo que pude encontrar en el computador. Está la información de todos los casos, las comunicaciones internas de CONFIAR y todo lo que es normal en el trabajo de los abogados de nuestro departamento. No encontré que hubiera nada personal de Benito Rosasco, ni siquiera un mail. Excepto un archivo encriptado, al que no he podido acceder. Por ese motivo no he eliminado todavía la información del equipo, pues me parece bastante extraño y sospechoso que aparezca un archivo secreto, resguardado con una encriptación sofisticada que no he podido descifrar.

—Uhmm! Muchas gracias, Rolando. Hiciste muy bien. Por favor, tráeme ese equipo, que encargaré a Gerardo Cosmisky que vea qué pueden hacer en el Departamento de Informática con esa encriptación.

El viernes Cosmisky informó a Tomás Ignacio que no habían podido descifrar el código encriptado, y que sólo habían podido descubrir que la carpeta secreta contenía información equivalente a 6.3 MB.

—El lunes viene el tipo que ocupó este equipo durante casi seis meses en que trabajó en el Departamento Jurídico. Dice que desea rescatar información personal.

—Pues, don Tomás Ignacio, el único documento que no contiene información correspondiente al trabajo es esa carpeta encriptada. Podemos suponer que se propone eliminarla o copiarla. Pero siendo una carpeta altamente sospechosa, creo que convendría no permitirle que acceda al equipo.

Tomás Ignacio se quedó pensando. Al cabo de un minuto preguntó a Gerardo:

—¿Podemos engañarlo, haciendo una copia exacta de todo lo que hay en el disco duro, de modo que no sepa que nos quedamos con un duplicado de la carpeta encriptada?

—Lo más seguro y fácil sería retirar el disco duro y quedarnos con él. En su lugar, instalar otro en que hayamos copiado el original. Esto lo podemos hacer en pocos minutos. Cuando él venga a rescatar la información que le interesa no se dará cuenta del cambio, a menos que sea un experto informático. Sugiero que alguien lo esté vigilando y apurando, para que no tenga tiempo para descubrir el cambio de disco duro.

—Bien, hazlo por favor. Y mantén el disco original bien resguardado, y apenas tengas tiempo continúa intentando descifrar el código encriptado.

Media hora después el trabajo estaba hecho. Pero Gerardo explicó a Tomás Ignacio que la desencriptación pudiera demorar semanas, y que él y todo su equipo estaban sumamente ocupados cumpliendo instrucciones de Juan Solojuán relativas a la transmisión de la conferencia de la escritora.

El lunes Benito Rosasco, bajo la atenta mirada de Tomás Ignacio, abrió el computador y en solamente dos minutos había completado lo que quería hacer. Tomás Ignacio le preguntó por el nombre de la persona que le había informado sobre la sepultura de los dos hombres en el Sitio 23; pero Benito no le respondió, y sin siquiera saludarlo se fue.

Minutos después Rolando informó a Tomás Ignacio que la carpeta encriptada ya no estaba en el disco duro, y que toda la información de la oficina permanecía intacta, lista para ser utilizada por quien reemplazara a Benito Rosasco en el trabajo.

Tomás Ignacio quedó intrigado. ¿Por qué el joven abogado no había querido darle el nombre del que le había informado sobre la sepultura de los dos hombres? ¿Solamente por despecho por haber sido despedido? De todos modos convenía encontrar a esa persona y hablar con él, para lo cual contaba con lo que antes le había explicado el joven abogado: “Busqué en los antiguos registros de CONFIAR a las personas que pudieran haber estado en contacto con Roberto en aquellos años. Eran sólo cuatro, las entrevisté, y uno de ellos lo recordaba todo”.

Encargó a Josefina que buscara los cuatro nombres en los antiguos registros de CONFIAR. Dos horas después Josefina le informaba lo siguiente:

—Hay en los registros al menos veinte personas de la Cooperativa CONFIAR que estaban en contacto directo con Roberto Gutiérrez el año que usted me dijo. Aquí está la lista de ellos.

Tomás Ignacio leyó los nombres y marcó tres de ellos.

—Por favor Josefina, comunícame con estos tres, en el orden en que los marqué.

Al hablar con ellos Tomás Ignacio supo que no había sido Benito Rosasco sino una funcionaria de la CIICI quien los había contactado días atrás preguntándoles qué sabían sobre la muerte de Roberto Gutiérrez. Llamó a otros dos de la lista, obteniendo la misma respuesta. Así Tomás Ignacio llegó a la conclusión de que el joven abogado Benito Rosasco era un informante o un funcionario que trabajaba para la CIICI, que se había infiltrado en CONFIAR.

Tomás Ignacio fue a informar a Juan Solojuán lo que había descubierto. Su amigo reaccionó muy tranquilo:

—Esto se está poniendo entretenido, amigo Tomás Ignacio.

—Y peligroso, mi querido amigo Juan.

—Pero no cambia nada— acotó Solojuán. —Mayela y Antonella deberán decidir qué debemos hacer.

—Mañana hablaré con ellas. Y tendré que conversar también con el joven Arturo Suazo para advertirle que no confíe en Benito Rosasco, presunto informante de la CIICI.

—Muy bien. Espero que cuando lo sepa modificará su actitud con nosotros y esté mejor dispuesto a dialogar sobre el asunto de la exhumación.

 

***

 

La conversación de Juan Solojuán y Tomás Ignacio fue interrumpida por un llamado telefónico de Chabelita, que informaba a su padre que durante los dos días siguientes no lo podría acompañar en sus desplazamientos por la ciudad, debido a que estaba citada como miembro del Jurado Ciudadano para escuchar los argumentos a favor y en contra del proyecto sobre las mascotas vegetarianas.

—Hijita— le respondió Juan —ni tienes que decírmelo. Sabes que todavía soy capaz de moverme por mi cuenta.

—Lo sé papá. Y tu sabes que me gusta acompañarte y que estoy más tranquila cuando puedo hacerlo.

—Está bien, Chabelita. Anda a cumplir con tu deber ciudadano.

La sesión del Jurado comenzó con una extensa exposición de los autores del proyecto, que describían los beneficios que esperaban de su implementación. Comenzaron argumentando que desde los más remotos tiempos los humanos se habían hecho acompañar por variadas especies de animales que domesticaban y adiestraban para diferentes servicios, y que ello permitía satisfacer una necesidad psicológica muy profunda de muchísimas personas. Los animales participaban en la educación de los niños, que en contacto con ellos desarrollaban cualidades y virtudes importantes, como el cuidado mutuo, la responsabilidad, la paciencia y la prudencia.

Argumentaron después los beneficios ambientales que tiene la crianza controlada y doméstica de cabras, llamas y conejos, en cuanto permite reciclar los desechos vegetales que se generan en las viviendas y en las calles por las podas y caídas de las hojas, el corte del césped y los desechos de frutas y verduras, así como por la posibilidad de emplear el guano generado por los animales en la producción de humus y compost.

En lo social, mostraron que la carne de estas especies de animales contribuiría a enfrentar el problema de la seguridad alimentaria de las familias y de la sociedad en general, especialmente después de que las normas de protección ambiental habían reducido drásticamente la crianza de vacas por el daño que producen estos animales en la capa de ozono, lo que había redundado en un alza consistente del precio de las carnes. Además, las carnes de conejos y cabras tienen menos colesterol y son más saludables que las de bovinos y porcinos.

Los autores del proyecto explicaron en seguida las actividades de producción y los servicios asociados que realizaría la empresa: producción de los animales, su adiestramiento para adaptarse a los requerimientos domésticos, servicio veterinario y de esterilización de los machos, producción de alimentos balanceados complementarios, servicio de higiene de los animales y retiro de heces, procesamiento cárnico para alimentación humana, capacitación para el buen manejo de las especies.

Después de mostrar gráficamente la ubicación que tendrían las diversas secciones de la empresa, el empleo que generaría, la organización y gestión cooperativa prevista, y los resultados económicos esperados, los autores del proyecto concluyeron poniendo en evidencia las diferencias existentes entre la antigua costumbre de las mascotas carnívoras, justamente prohibidas después de la Gran Devastación Ambiental, y las nuevas especies vegetarianas que se proponían promover y desarrollar. Se detuvieron particularmente en explicar la enorme ventaja que tenían respecto a los perros, mostrando las estadísticas sobre la gran cantidad de personas que antiguamente eran mordidas por esos animales.

Terminada la exposición de los autores del proyecto correspondió el turno a los detractores, que pusieron en evidencia los problemas y dificultades que generaría una rápida y extensiva adopción de mascotas vegetarianas en las ciudades, así como los temas logísticos asociados a la apertura de este nuevo rubro de producción, que una vez demostrada su viabilidad y éxito económico conllevaría la multiplicación de empresas similares. Ante ello pusieron en evidencia la ausencia de investigaciones científicas sobre los efectos que esta difusión pudiera tener sobre el medio ambiente y sobre la convivencia ciudadana y doméstica.

Fue finalmente el turno de lo informes técnicos independientes. Estos proporcionaron abundante información biológica sobre las especies animales en referencia, sus requerimientos ambientales, las condiciones óptimas de su manejo, los valores nutritivos de las carnes, los usos del cuero, y numerosos otros aspectos relacionados con los probables impactos ambientales, sociales y psicológicos que pudiera tener la masividad que alcanzaría la moda de convertir estas especies en mascotas domésticas.

El informe técnico concluía recomendando la aprobación parcial del proyecto, en términos experimentales, restringiendo el campo de operación de la empresa, en una primera etapa, para solamente dos Comunas de la ciudad de Santiago, de distintas características urbanísticas y sociales. Recomendaba el informe que el proyecto fuera objeto de un nuevo análisis al cumplirse 2 años de su aplicación en esas Comunas, en base a lo cual pudiera ser extendido a otras zonas si se comprobaba su conveniencia. Finalmente, el informe técnico planteaba la necesidad de una reglamentación respecto a la tenencia responsable de estas mascotas, considerando los requerimientos de espacios de dimensiones adecuadas en las casas donde estuvieran, así como las exigencias de trato, alimentación, higiene y control genético indispensables.

La tarea siguiente del Jurado Ciudadano fue preparar, con la ayuda técnica del Ministerio de Economía y Medio Ambiente, las preguntas que serían sometidas durante 15 días en la Consulta a las Comunidades que se verían afectadas tanto por los procesos de producción de la empresa como por los usuarios de sus productos y servicios, en este caso, las Comunas de Vitacura y de Renca, que fueron las que se recomendaron en el estudio.

Chabelita Iriarte estaba feliz de haber tenido la oportunidad de participar en esta muy interesante experiencia integrando el Jurado Ciudadano escogido por sorteo para evaluar un proyecto tan original y complejo. Recordó que cuando era niña un compañero de curso fue atacado por un perro que se había escapado del control de sus dueños, debiendo ser hospitalizado.