EL HOMBRE FUNDIDO EN LA MASA NO ES LIBRE PORQUE NO TIENE DIRECCIÓN - Antoine De Saint-Exúpery

EL HOMBRE FUNDIDO EN LA MASA NO ES LIBRE PORQUE NO TIENE DIRECCIÓN

 

Porque juzgo al poder, si es amor por la dominación, ambición estúpida. Pero si es acto de creador y ejercicio de la creación, si va contra la inclinación natural (que tiende a que se mezclen materiales, se fundan los glaciares en charca, se esterilicen los templos por el tiempo, se disperse en blanda tibieza el calor del sol, se mezclen cuando el uso les deshaga las páginas del libro, se confundan y bastardeen los lenguajes, se igualen los poderes, se equilibren los esfuerzos y a que toda construcción nacida del nudo divino que anuda las cosas se rompa en suma incoherente), celebro al poder. (...)

Porque la vida es estructura, línea de fuerza e injusticia. ¿Qué haces tú si hay niños que se aburren, sino imponerles tus sujeciones, que son reglas de un juego, después de lo cual los ves correr?

Así, pues, llegó el tiempo en que la libertad, falta de objetos para libertar, fue solamente reparto de provisiones en una igualdad odiosa. Porque con tu libertad molestas a tu vecino y él te molesta. Y el estado de reposo que encuentras es el estado de las bolas del billar mezcladas cuando han cesado de moverse. La libertad, así, conduce a la igualdad y la igualdad conduce al equilibrio, que es la muerte. ¿No es preferible que la vida te gobierne y que te opongas como obstáculo a las líneas de fuerza del árbol que crece? Porque la sola sujeción que te daña y que importa que odies se muestra en el enfado de tu vecino, en la envidia de tu igual, en la igualdad con el bruto. Te engullirán en la turba muerta; pero tan estúpido es el viento de las palabras que habláis de tiranía cuando sois ascensión de un árbol.

Así pues vinieron los tiempos en que la libertad no fue más libertad de la belleza del hombre, sino expresión de la masa, el hombre necesariamente se había fundido en ella, que no era libre porque no tiene dirección, sino que pesa simplemente y permanece sentada. Lo que no impedía que se denominara libertad a esta libertad de estancarse y justicia a ese estancamiento.

 

(De Nota 97)