HAY HOMBRES QUE NUNCA PARTIRÁN

texto

de Miguel Arteche

Hay hombres que nunca partirán, 
y se les ve en los ojos,
pues uno recuerda sus ojos muchos años después de que han
partido.

Pueden estar lejanos,
pueden aparecer a medianoche 
(si están muertos)
y jugar a que viven.
Pero siempre, con la desolación de su ausencia, 
uno comprende que no han vivido en vano, 
y que su esperanza
es la única esperanza digna de ser vivida.

Y los hombres que nunca partirán 
suelen no aparecer en los periódicos, 
no se habla de ellos en las radios, 
su imagen no gesticula en la televisión: 
no son gente importante, 
no circulan entre las altas esferas. 

Son aquellos 
que aceptaron el sufrimiento 
y lo hicieron suyo para la salvación de otros hombres
sin decir una sola palabra: 
pero dejaron abiertos, bien abiertos sus ojos
para que nunca los olvidemos cuando ellos hayan partido.