CLARIDAD NOCTURNA

texto

de Jerónimo Lagos Lisboa

 

Oprimí su cabeza

y adiviné las sombras de sus pupilas,

desvanecí en mis manos su tristeza

y ungí mis sueños con su olor de lilas.

 

Palpó el silencio para hallarse... Muda

se distendió en espíritu y fragancia,

y,  bajo el arco del amor, desnuda

se sorprendió en la estancia.

 

De sus ternuras presentí el reproche

y me agredí con ellas.

Mi corazón, lo mismo que la noche,

creció en la sombra y se llenó de estrellas.

 

¡Pájaro esquivo, pájaro azorado

que en los haces de luz de su ternura,

como entre zarzas,

se quedó enredado!