PRESENTACIÓN

PRESENTACIÓN

Pensando en el título que poner a este libro en que recojo un conjunto de escritos que se encontraban dispersos, me doy cuenta que tienen un hilo conductor muy claro, cual es la búsqueda de respuesta a la pregunta del título: ¿hasta dónde puede llegar el ser humano?

Pero no me escapa que hay en la pregunta una evidente ambigüedad. Pues planteada la pregunta a diversas personas la mayoría la asocian a la duda sobre la posibilidad de sobrevivencia de la especie humana ante el cambio climático, la crisis ecológica, el agotamiento de los recursos y las fuentes de energía, o la decadencia de las costumbres y de los valores éticos. Cuestiones todas estas que si bien me interesan y preocupan intensamente, no indican la dirección en que planteo aquí la interrogante, que formulo en un sentido mucho más amplio y en cierto modo inverso: ¿cuáles son las potencialidades del ser humano en términos de su desarrollo, transformación y perfeccionamiento, tanto a nivel individual como social?

No obstante la dualidad de los sentidos en que puede formularse la pregunta, ambos están de hecho conectados, pues en definitiva, lo que el hombre y la humanidad puedan lograr en términos positivos, depende de que puedan sobrevivir a las muy serias amenazas que tendrán que superar; y la posibilidad de superarlas depende de lo que el ser humano y la humanidad puedan alcanzar en términos de su propio perfeccionamiento.

La conexión entre esas dos direcciones en que nos interpela la pregunta ¿hasta dónde puede llegar el ser humano? se establece en una cuestión decisiva que las unifica, cual es la interrogante sobre la posibilidad que tengamos de crear y de transitar hacia una nueva y superior civilización, con todo lo que ello implica. 

En efecto, la duda sobre la posibilidad de sobrevivencia de la especia humana se presenta en el horizonte de esta civilización moderna, caracterizada por el industrialismo y el consumismo que no encuentran límites en la sobreexplotación de la naturaleza; por el estatismo y las luchas de poder entre los partidos y los Estados que generan las más graves amenazas a la paz y a la convivencia civilizada; y por el materialismo ideológico y el positivismo reduccionista que comportan una progresiva decadencia en las dimensiones éticas, valóricas y espirituales de la vida humana. Y entonces, estando los seres humanos condicionados tan fuertemente por las estructuras económicas, políticas y culturales de esta civilización, ¿contamos con, y subsisten todavía en nosotros, las energías y las potencialidades intelectuales, morales y espirituales que nos permitan alcanzar una vida nueva y una civilización superior?

Así unificados los sentidos de la pregunta,  me la he planteado infinidad de veces, y ha estado implícita en todos mis estudios, reflexiones e investigaciones anteriores, aunque no la había formulado hasta ahora en esos términos. Una revisión panorámica de mis obras evidenciaría que esta pregunta ha estado en la base de todas mis búsquedas teóricas, científicas y filosóficas.

En mis elaboraciones sobre ‘la economía solidaria y el mercado democrático’, así como en la formulación de la ‘teoría económica comprensiva’ y sobre el ‘desarrollo, transformación y perfeccionamiento de la economía en el tiempo’, ha sido constante la intención de no proponer utopías fundadas en deseos imposibles, sino de formular modelos y propuestas (micro, sectorial y macro) de una economía justa y solidaria, que sean posibles de implementar teniendo en cuenta lo que somos y cómo somos los seres humanos.

En mis  libros de ciencia de la historia y de la política (La Travesía I y II, ¿Cómo iniciar la creación de una nueva civilización? y La Vida Nueva) orientadas a formular los caminos que puedan conducir hacia una nueva civilización, me he detenido ampliamente en el estudio de las civilizaciones anteriores, y especialmente de sus procesos de gestación y formación histórica, de manera que las propuestas sobre cómo transitar hacia, e iniciar la creación de, una civilización superior, estén científicamente fundadas y sean realistas y consistentes con nuestra naturaleza humana y con nuestras potencialidades como especie y como sociedad.

En mis libros de filosofía – El Misterio del Hombre, En Búsqueda del Ser y de la Verdad Perdidos, y El Cosmos Noético – han sido centrales la cuestión de los alcances del conocimiento humano, la interrogante sobre la posibilidad de acceder al conocimiento de la verdad y del ser tal como es, y la comprensión de nuestras potencialidades de desarrollo como personas, teniendo en cuenta que hemos surgido evolutivamente de la materia y que sin embargo nos levantamos sobre ella y aspiramos a vivir en las dimensiones interiores de la conciencia, la libertad y el espíritu.

Y es que la pregunta que interroga hasta dónde puede llegar el ser humano, siendo unificadora de muchas búsquedas, se ramifica en múltiples direcciones:

¿Pueden los seres humanos transformar real y consistentemente la realidad social, y construir una economía justa y solidaria, una política integradora, una cultura bella, verdadera, profunda y plural? En síntesis, ¿podemos crear una nueva y superior civilización que merezca verdaderamente el calificativo de humana?

¿Podemos cada uno de nosotros evolucionar, cambiar y perfeccionarnos, llegando a ser personas realmente libres y conscientes,  autónomas, creativas y solidarias, éticamente virtuosas y espiritualmente desarrolladas?

¿Puede el ser humano conocer verdaderamente la realidad tal como es? Conocerse a sí mismo y conocer el mundo, más allá de nuestra precaria subjetividad, y alcanzar un conocimiento verdadero y universalmente válido?

Son preguntas que se entrelazan constantemente, cada una de ellas llamando a las otras en cada ocasión en que se confronta el deseo de la perfección con la realidad condicionante de lo que es posible.

En esta búsqueda y en estas reflexiones  - reconociendo que desde niño me impactó aquello de que ‘somos imagen y semejanza de Dios’ - he llegado a la convicción de que los seres humanos tenemos potencialidades inmensas, casi infinitas, que han sido evidenciadas por los más grandes hombres y mujeres que han existido: sabios de todas las filosofías y espiritualidades, poetas de todas las inspiraciones, artistas de todas las artes, científicos de todas las disciplinas, pioneros de todas las industrias, inventores de todas las tecnologías, realizadores de todas las conquistas, creadores de todos los ‘mundos’ que hemos llegado a habitar en la tierra, en el mar, en el espacio.

Pero al mismo tiempo miro y no dejo de observar la pequeñez de innumerables seres humanos: empobrecidos, vulnerables, avaros, temerosos, dependientes, débiles, sometidos, ignorantes, presuntuosos, prepotentes, egoístas, viciosos. Estudio las sociedades y las descubro llenas de injusticias y de opresiones. Analizo las creencias que direccionan nuestra existencia y que presiden nuestras decisiones, y las percibo impregnadas de prejuicios, de errores, de inconsistencias y de contradicciones. 

Y surgen entonces más preguntas. ¿Qué relación hay entre los ‘grandes hombres’ y las multitudes anónimas? ¿Pueden los primeros atraer a las segundas a sus alturas morales, intelectuales y artísticas? ¿O son esas masas informes las que finalmente arrastran hacia su ambiente de mediocridad a quienes han soñado alguna vez con volar en las alturas del conocimiento, de la poesía, de la santidad?

Buscando respuestas a todas estas preguntas, y a la pregunta que las enlaza a todas - ¿hasta dónde puede llegar el hombre? -, levanto al comienzo de este libro una cuestión inevitable y principal, cual es el análisis de las reales necesidades, aspiraciones y deseos de las personas, y la búsqueda de comprensión de lo que pudiéramos entender como la naturaleza humana.

Cuestión que en seguida nos lleva a pensar en la conexión entre la persona individual y la humanidad, como sociedad y  especie. ¿En qué sentido podemos decir que los humanos somos ‘iguales’, y cuál es la raíz de la obvia desigualdad que nos afecta? Pregunta acuciante que implica asumir que vivimos la contradicción entre querer diferenciarnos unos de otros, al mismo tiempo que buscamos identificarnos con entidades colectivas.

Esas preguntas hacen que aparezca y reaparezca siempre como cuestión decisiva la interrogante sobre el conocimiento. Pues lo que puede llegar a ser el hombre depende en primerísima medida, de lo que pueda llegar a conocer: del alcance de sus capacidades cognitivas, y de los logros que vaya obteniendo en el campo del saber y de los aprendizajes.

De ahí la necesidad de preguntarse qué importancia tienen las ideas y las teorías, cómo se relacionan con las obras, cuál es su participación en la creación de realidades nuevas, cómo interactúan la teoría con la práctica, el saber con el hacer, la realidad objetiva con la realidad subjetiva. Y acaso podamos verdaderamente acceder a un conocimiento comprensivo y universal sobre realidades que, por donde las miremos, nos muestran ante todo su vastedad y su sorprendente complejidad.

A partir de allí se nos hacen presentes cuestiones muy profundas: ¿qué significa ser verdaderamente humano, y qué implica vivir conforme a ello? ¿Por qué hacemos lo que hacemos, y cómo se conecta esto con lo que realizamos de hecho? ¿Qué es lo que nos mueve, en última instancia, a conocer, a amar, a actuar? Y ¿de dónde surgen nuestras grandes aspiraciones y proyectos sociales, que inevitablemente nos sobrepasan?

Cuestiones todas las anteriores que no pueden dejar de llevarnos a preguntarnos sobre la espiritualidad como experiencia cognitiva que, en el decir de quienes afirman haberlas vivido, constituiría el ámbito en que es posible y se cumple el desarrollo humano pleno. ¿Es que puede el ser humano llegar a ser espiritual?

Todo lo anterior nos lleva a la decisiva cuestión que resume todas las anteriores:  ¿cuán condicionados estamos por las estructuras, por el pasado, por nuestros contextos, en nuestra libertad para iniciar nuevos modos de pensar y de actuar, para crear nuevas formas de hacer economía, política, cultura; para explorar otras, mejores y superiores formas de ser humanos?

Son las preguntas, los temas sobre los que van desplegándose los análisis y reflexiones que componen este libro.

Luis Razeto

SI QUIERES EL LIBRO IMPRESO EN PAPEL O COMPLETO EN DIGITAL LO ENCUENTRAS EN EL SIGUIENTE ENLACE:

https://www.amazon.com/gp/product/B07914399T/ref=dbs_a_def_rwt_hsch_vapi_tkin_p3_i6