EXPANDIR LA CONCIENCIA EMPÁTICA A TRAVÉS DE LA EDUCACIÓN INTEGRAL - MARIO RADRIGÁN

Cada Época en la historia de la Humanidad ha tenido sus propios desafios y ha enfrentado sus propios dilemas, hasta llegar a la hora actual, en donde nos encontramos en una situación paradójica, pues por una parte, nunca como ahora a nivel planetario existe clara conciencia de los derechos y deberes de todos los seres humanos, avanzando a esta situación desde períodos en los cuales incluso se llegó a negar la calidad de persona o diversos sectores de la población, y no es hasta solo un siglo y medio en al cual llegó a ser insoportable la condición de esclavitud.

Sin embargo por otro lado, como nunca antes no sentimos muchas veces angustiados por una sensación de crisis global y existencial pues vemos en el horizonte múltiples amenazas reales e imaginarios (en ocasiones) que nos invaden permanentemente: continúan las guerras, la amenaza del cambio climático y una catástrofe medio ambiental, la antigua pugna entre el mundo occidental y el bloque del pacto de Varsovia propio de la guerra fría se ha transformado en una pugna entre el mundo musulmán y el mundo occidental, continua azotando a vastos sectores de la población mundial el hambre y la miseria, como también la falta de oportunidades que muchas veces tiene como desenlace e impacto en los fuertes movimientos migratorios que se van transformando en un proceso habitual en este siglo XXI.

Esta situación paradójica nos lleva a preguntarnos sobre qué hay en el fondo del ser humano, en la raíz misma de nuestra especie, que es capaz simultáneamente de dar pasos agigantados en muy diversos órdenes del conocimiento, y entre ellos el reconocimiento de los derechos humanos fundamentales como nunca antes en la historia de la humanidad y esta situación de vulneración de derechos interminables…¿qué es lo que no logramos aprender para no avanzar con claridad en el camino de un bienestar integral de la humanidad? O más bien ¿qué es lo que tenemos que desaprender para lograr salirnos de este ciclo que parece sin fin?

En mi opinión hay un desafío permanente que nos acompaña etapa por etapa de la humanidad que corresponde a la tarea de comprender que somos todos parte de una misma unidad, que la diversas de color de la piel, de idiomas, creencias, territorios son parte de un manto que no nos deja percibir que somos todos iguales en derechos y responsabilidades.

En este contexto general en mi opinión el principal desafío actual de la humanidad pero que también ha estado presente en toda la historia de la humanidad, tiene que ver con expandir la conciencia empática a través de un proceso educativo integral que en la hora actual involucre a la familia, a la escuela y a los medios de comunicación.

Sabernos y sentirnos como iguales requiere un trabajo permanente y que muchas veces no tiene mayor complejidad que lo que implica el mirar e imitar a los niños, que con toda facilidad y sin prejuicios se interrelacionan sin muchas veces fijarse en las diferencias de ningún tipo, sino que simplemente “se exponen” ante el o los otros sin mayor temor.

Expandiendo lo anterior esta “conciencia empática” se puede llevar desde el ser humano hacia una consideración hacia todo lo que nos rodea, partiendo por el mundo animal, vegetal y también mineral abarcando todo nuestro entorno, en función de una posición de respeto por todo nuestro “medio ambiente”.

En lo personal, en el período de nuestra historia reciente en que nuestro país vivió bajo un régimen militar, el mensaje Gandhiano de Paz y No Violencia se expresó abiertamente en momentos y situaciones de especial dureza, pero partíamos de la base que enfrentados a tener que escoger diversas formas de resistencia, existe la necesidad y la urgencia de enfrentar a nuestros “enemigos” sin llegar a quitarles a ellos mismos su humanidad, sin reconocer en ellos mismos lo que veíamos que ellos nos negaban, es decir, nuestra propia humanidad.

En los años 70 y 80, diversas expresiones de grupos muy diferentes entre sí nos nutrimos del mensaje de paz y no violencia activa, como un mecanismos de humanizar nuestro entorno, no sin riesgo de nuestra propia integridad, y como una forma consciente de enfrentar un conflicto evidente

Pienso que en Chile pero en diversos países del mundo es urgente el desafió de recuperar esta óptica de acción social, como una forma de enfrentar y resolver los conflictos, evitando todo forma de violencia y de ofensa, de una forma colaborativa y asociativa.

Por lo anterior creo que el principal desafío de la humanidad es educar, educar y educar para la paz y la conciencia empática universal, que confiera al menos a cada ser humano todo la dignidad que posee por el simple hecho de ser persona.

Educar en todos los ámbitos para la paz, educar con todos los medios para la paz, educar con toda la fuerza posible para la paz, y para reconocernos como hermanos, aun en las peores circunstancias, y en esto el ejemplo de Mahatma Gandhi es uno de los faros que alumbrará siempre nuestros pasos.